Villahermosa-Lagunas de Ruidera

Partiendo de la ruta 1, y estando en la Laguna Blanca, continuamos por la carretera hasta Ossa de Montiel y desde allí hacia Ruidera pueden visitarse las lagunas de Conceja, Tomilla y Tinaja, que presentan interesantes formaciones tobáceas en sus escarpadas orillas, así como potentes represas travertínicas, y el Castillo de Rochafria y la Cueva de Montesinos. La Cueva de Montesinos, es una pequeña cavidad, poco profunda, a la que se llega después de descender por una estrecha y empinada rampa. En sí se trata de una sala de modestas dimensiones en cuyo fondo se recoge un pequeño lago de aguas oscuras. Conviene que quien Se decida a descender a la gruta, lo haga acompañado de guías.
La laguna San Pedro es una de las más bellas de toda la zona, estando alimentada en parte por las aguas del arroyo del Alarconcillo. Bajo esta laguna se encuentran la Redondilla y la Lengua. Esta ultima ofrece un bello panorama de terrazas travertínicas con vegetación petrificada y rebordes de voladizos travertínicos, así como los restos de los antiguos niveles tobáceos que enmarcaban formaciones lagunares mucho más elevadas que las actuales. Las lagunas de Salvadora, Batana y Santo Morcillo, presentan características similares a esta con barreras travertinicas de gran belleza. Aguas abajo, las lagunas de la Colgada y el Rey marcan el final de las formaciones lagunares. El cierre de esta última laguna esta constituido por una barrera tobácea de mas de 500 m de longitud. En este punto es recomendable bajar al lugar llamado El Hundimiento, al que se accede por un camino próximo a una antigua central eléctrica. Se puede observar aquí la estructura de la barrera tobácea, la formación de cortinas de vegetación petrificada y cascadas de agua que tienen mayor o menor intensidad, en función de los niveles hídricos que se alcanzan aguas arriba.
Si se toma la carretera que lleva a Argamasilla de Alba pueden recorrerse otras tres lagunas de menor vistosidad pero también interesantes por la vegetación que soportan y las colonias de fauna avícola que en ellas habitan. Estas lagunas se denominan Cueva Morenilla, Coladilla y Cenegal; finaliza este conjunto palustre en el embalse de Peñarroya en el que cabe destacar la presencia del castillo que da nombre al embalse.
La intensa presión antrópica ha deteriorado notablemente el paisaje y el entorno ecológico de Ruidera, pero en camino ha permitido la instalación de complejos de ocio, lo que permite pernoctar sin dificultad en el área de las lagunas; existen lugares de acampada controlada y no son precisos permisos especiales para visitar el Parque.

Plano